sábado, 27 de octubre de 2007

Suspiros


Dame tus alas,
te pido
-me envíes-
tu corazón de espuma,
tu fiereza de mar,
las tempestades
de tu alma andariega.
¡Oh, Alfonsina!
Me conmueven tus desdichas,
tu amor ausente
y milenario…
Tu boca de luna…
Me lleva hacia el mar
tu eterna melancolía
y me envuelve entre sus aguas
la inagotable fuerza
de la sal impregnada en mi sangre.
Dame plena libertad
para surcar los aires,
como ráfaga de aire…
y palpar todas las cosas,
estar en todas partes
y a la vez en ninguna.
¡Oh, Alfonsina!
Déjame ser suspiro,
entre aquellos,
tus suspiros.

No hay comentarios:

Publicar un comentario