jueves, 17 de septiembre de 2009

Despierta

Amanece.

Despierta, mirando por una ventana de vidrios amarillos veo las figuras que dibuja la lluvia en el aire.

El olor a tierra húmeda, la santa rita fucsia ruborizando el muro de ladrillos despintados, los charcos reflejando las primeras luces. Tu sonrisa.


Despierta.

Porque tu imagen me hace cosquillas, porque el brillo de tus ojos me regala la dulzura de lo inevitable. Y afuera llueve.


Y aquí -bailando al ritmo de las gotas y la brisa-, mis manos, mis ojos, mis silencios, te esperan.

Y allá, quizás –sólo quizás- tu silencio, tus preguntas, tu voz, me están llamando.

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