sábado, 15 de septiembre de 2007

Viernes


Soy totalmente inmune a este hechizo que los dioses intentan imponerme. Que "tus" dioses entretejen con las palabras que tu voz me nombra.

Hoy es viernes; la noche se recuesta sobre el tejado de algún viejo bar y sus ojos brillan para mostrar su omnipotencia. Yo camino las viejas calles de este julio que me ahoga, escuchando atentamente el respiro aletargado de los árboles desnudos y borrachos del rocío helado que corta sus venas, los desangra y huye bajo el manto de la tierra.

Pedís amor a gritos bajo una luz de neón que sólo te deja ver la sombra de vanas conquistas, de mujeres sin rostro, del reflejo indolente de un pasado sin luz.Y la paz que esperás...que buscás... se tambalea sobre la llam eterna del fuego que tus brujos encienden para que el tiempo se detenga en este vienes sin luna.

Soy resistente a la magia de tu aquelarre. Nunca serás un superhombre...y yo... nunca seré la ofrenda que entregás a tu dios supremo para que perdone tus pecados.

La noche ronronea en mi oído con tu voz, para avisarme que el final se acerca. Murmura en tu oído con mi ausencia, para decirte que hoy voy a dejarte solo.

Recojo los ceniceros de los bares para que la ceniza no me recuerde lo que ya terminó. Salgo a la calle, enciendo un último cigarrillo -aún contra tu voluntad- y miro como la noche se marcha, lentamente, saltando los tejados, ocultándose de los ojos de la ciudad.

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